"Brindo por la corona, en su vestido de domingo.
Nadie sabe nada.
Brindo por la muchedumbre, esclavos que no descansan nunca.
Nadie dice nada."
No puedo evitar escribir estas líneas, aunque detesto éste tema. No sé por qué no puedo resistirme. Supongo es la necesidad de dejar un testimonio personal sobre el infierno que estamos viviendo, aunque anticipo que su utilidad práctica es nula.
Los enfrentamientos entre bandos de la delincuencia organizada que se disputan el estado, o entre ellos y las fuerzas federales, se ha vuelto cosa de todos los días, particularmente en la última semana.
Anoche pude escuchar una de estas infames "balaceras" a muy poca distancia de mi hogar.
Me percato, vía twitter, que la angustia y el miedo se apoderan de mucha gente y lamentablemente se convierten en parte de la cotidianeidad. No sé si sea mejor o peor, pero también veo que algunos otros se resignan o se rehusan a dejar que las circunstancias que ahora vivimos modifiquen sus hábitos sociales.
Los enfrentamientos entre bandos de la delincuencia organizada que se disputan el estado, o entre ellos y las fuerzas federales, se ha vuelto cosa de todos los días, particularmente en la última semana.
Anoche pude escuchar una de estas infames "balaceras" a muy poca distancia de mi hogar.
Me percato, vía twitter, que la angustia y el miedo se apoderan de mucha gente y lamentablemente se convierten en parte de la cotidianeidad. No sé si sea mejor o peor, pero también veo que algunos otros se resignan o se rehusan a dejar que las circunstancias que ahora vivimos modifiquen sus hábitos sociales.
Sí se siente miedo, mucho, pero de similar magnitud es el coraje, la rabia que produce el padecer este despojo continuo de tranquilidad, de paz.
Sigo leyendo en twitter y veo que hay gente que convoca a hacer oración comunitaria esta noche, dentro de unos minutos, a las 10:00P.M. del 10 de Octubre de 2010 (10-10-10). Encuentro ésta combinación, de numerología "mística" y religión, extraña y perturbadora.
Es eso todo lo que nos queda? Coincidencias numéricas y plegarias?
Tal vez sí. Después de todo parece cada vez más que vivir aquí es una cuestión de azar y de fé.