Let the sunshine in.

El mes termina esta noche. Han sido días difíciles, creo que eso durará algún tiempo. Aún así, quiero comenzar el nuevo mes con el espíritu arriba, y esta canción, desde hace tiempo, me ayuda con eso.

Tiene subtítulos. Si no aparecen, los pueden activar con el botón que tiene una flecha hacia arriba y que está abajo a la derecha, en los controles del video.

Ojalá les guste, como a mí.

Adios Septiembre... Hola Octubre.

Carta para un día de duelo.

27 de Septiembre de 2010.

A todos los presentes, familia y amigos, les agradezco de antemano su atención a estas palabras.

Yo soy José. Fui uno de los muchos sobrinos de Tayde. A diferencia de la mayoría de ellos, sin embargo, yo no he podido estar hoy aquí pero al igual que todos ellos lamento terriblemente la gran pérdida que nos significa la muerte de mi tía.

Su deceso me hiere profundamente pero puedo decir que encuentro reconfortante paz en el hecho de que me fue posible despedirme de ella y darle las gracias por todo lo que hizo por mí y por mis hermanos. Ella y mis tíos nunca nos dejaron solos. Nos cuidaron, nos protegieron, nos vistieron y alimentaron; nos hicieron sentir felices y seguros cuando más lo necesitamos y también, de una manera que quiero especialmente resaltar, nos forjaron.

A muy corta edad, mientras que por un lado de mi familia yo aprendía el insulto fácil, el camino de la mentada de madre, el arrebato violento, la burla socarrona, la rabia y el llanto, por el otro lado, el de mis tíos, aprendí de la confianza, de la amabilidad, de la importancia de ser detallista con la gente, de los buenos modales y el respeto, aprendí el camino de las risas, la alegría y el amor.

En diferentes ocasiones algunas personas me han elogiado por ciertas características de mi forma de ser y por la clase de trato que les doy. No me ha sido fácil aceptarlo cuando me lo dicen, no sé si por falsa modestia o baja autoestima, pero si hay algo que ahora quisiera decirles en respuesta es que mucho, muchísimo, de lo bueno que han encontrado en mí no es mio... es obra de mis tíos.

Cuando era niño un día escuché que mi tía Tayde padecía del corazón. Yo era lo suficientemente grande para comprender la gravedad que aquello implicaba y sentir temor. Mis tíos han sido, desde siempre, una parte tan importante de mi mundo que daba mucho miedo la idea de perderlos. Según lo recuerdo, un día le dijo un doctor a mi tía que ella tenía el corazón agrandado y que debía cuidarse. Gracias a Dios los años pasaron y tuvimos la fortuna de vivir infancia, adolescencia y empezar la vida adulta con ellos a nuestro lado. Tuvo que llegar prácticamente el final de la vida de mi tía para descubrir, hace apenas unos meses, que no padecía tal afección cardiaca que hace tantos años se le diagnosticó. "Usted no está enferma, el tamaño de su corazón es normal" imagino que debieron haberle dicho, pero una vez más se equivocaron. Su corazón efectivamente no estaba enfermo, pero estaba muy lejos de ser normal. Sí que era grande, enorme, al igual que el de mis tíos, tan grande que todos los que me escuchan estarán de acuerdo en que es inexplicable cómo es que puede caberles en el pecho.

Quiero agradecerles todo el cariño, las atenciones y los cuidados que mi tía recibió en diferentes momentos de cada uno de ustedes. Quiero felicitarnos también por haber tenido la fortuna de tener una hermana, una tía y una amiga como ella. Su partida deja detrás un vacío insustituible pero nos da ahora la oportunidad de rendir tributo a su memoria y dedicarnos a la mayor preocupación con la que ella tuvo que irse: el bienestar de sus amados hermanos. Yo, pese a todas mis limitaciones, estoy más que dispuesto a hacer ese esfuerzo. Se lo debo.

Deseo dirigir unas palabras de forma particular, a tí, Mina. Me tomo el atrevimiento de tutearte porque no soy sólo yo quien habla ahora, también lo hace mi tía a través de mí. Gracias Mina, por haber sido la gran amiga, incomparable, en la vida de ella. Gracias por los momentos, por las risas, por los cafés, por ir de compras juntas, por aquellas caminatas matutinas en la playa y por siempre estar ahí, durante todo este tiempo. Hablo por mí y mis hermanos: te aseguro que estaremos más que dispuestos y contentos de honrar la hermosa amistad de tantos y tantos años que hubo entre ustedes, cuando sea que lo necesites y como sea que podamos hacerlo. Nosotros somos ella. Tú... sigues siendo su gran amiga.

Finalmente, a todos los presentes les pido reciban por este conducto un fuerte abrazo de mi parte. Yo soy José. Soy, siempre seré, sobrino de Tayde, Silvia y Daniel, y ese será sin lugar a dudas uno de los títulos que puedo ostentar y de los que más orgulloso me sentiré... toda mi vida.

Muchas gracias.

-José


Salmos 30:7-12

Oh Señor, con tu favor has hecho que mi monte permanezca fuerte;
tú escondiste tu rostro, fui conturbado.
A ti, oh Señor, clamé, y al Señor dirigí mi súplica:
¿Qué provecho hay en mi sangre si desciendo al sepulcro?
¿Acaso te alabará el polvo? ¿Anunciará tu fidelidad?
Escucha, oh Señor, y ten piedad de mí; oh Señor, sé tú mi socorro.
Tú has cambiado mi lamento en danza;
has desatado mi cilicio y me has ceñido de alegría;
para que mi alma te cante alabanzas y no esté callada.
Oh Señor, Dios mío, te alabaré por siempre.


Fotocartón del día.

En una medida pusilánime, convenenciera y antidemocrática, el Congreso del Estado de México aprobó una ley impulsada por el PRI y el Verde para prohibir las candidaturas únicas en la entidad, es decir las alianzas, empezando a partir de las elecciones a la gubernatura del Estado el próximo año.

La presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes, dijo: "Es evidente que no hay ningún miedo. He declarado con insistencia que sólo le tengo miedo al coco".



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Sí señora, ya lo sabíamos. Por algo no lo han expulsado aún del partido, ni lo harán.

Para Dorothy, II.



Tú tal vez no podrás recordar, pero yo no podré olvidar.

Feliz cumpleaños, pequeña.

“Líbranos del mal… Amén” (y de Marcelo y Norberto)

por: Octavius (mi señor padre)


Con estas palabras concluye el Padre Nuestro que, según referencias bíblicas contenidas en los Evangelios de San Mateo Cap. 6; 13 y San Lucas Cap.11; 4 del Nuevo Testamento, Jesús enseñó a sus seguidores, discípulos y apóstoles, como la más excelsa plegaria que halaga a Dios y nos reconforta espiritualmente a los creyentes para transitar por su camino, la verdad y la vida y llegar al Padre el día de nuestra muerte.

Nacido de una mujer pura en el más humilde de los escenarios, en su adolescencia cuestionó e ilustró a doctores de la ley, en su juventud predicó la Palabra y recriminó a los falsarios e hipócritas, en su adultez deslindó el espacio terrenal, gubernamental y temporal del César ante el espacio divino e infinito de Dios (Evangelio de San Lucas 20; 20-25). Hizo milagros a la vista de todos, y así restituyó el oído a los sordos, la vista a los ciegos, el habla a los mudos, sacó demonios a los poseídos, el caminar a los paralíticos, la vida a los muertos, enseñó su doctrina de amor al prójimo y perdón a los que ofenden. Aún así, gentes de su tiempo lo tentó, difamó, acusó, aprehendió y azotó, y aplicando “sus leyes” lo condenaron a muerte indultando a cambio a un ladrón y criminal. Lo flagelaron con crueldad inimaginable, le hicieron cargar pesado madero al cual lo clavaron de manos y pies y colocado entre ladrones convictos fue vilmente asesinado quien vino al mundo a redimir a la humanidad.

En un ambiente social comparable al de la plebe, gentiles, fariseos y publicanos, ahora laicos y creyentes del tercer milenio radicalizan el altercado entre un pío y un político, respectivos supuestos paladines del aparente “bien” y el presunto “mal”, quienes sintiéndose portadores de la verdad absoluta y voceros de sus mutuos ministerios –clerical y civil-, han caído en tan degradante verbosidad con total ausencia de valores éticos.

El enervado vicario, en lugar de ejercer su pastoral apostolado espiritual en términos del decálogo que Jehová entregó a su siervo Moisés, de la doctrina cristiana, del rito católico y del código canónico y aún teniendo a su disposición la libertad de expresión de las ideas, ni él ni sus “asesores” encontraron las palabras, los modos y las formas adecuadas para articular sus señalamientos.

El otro, exacerbado seglar civil, considerando agraviada la autoría de su mesiánico programa de derechos humanos otorgados en particular a un grupo social homogéneo, saltó al coliseo de la Información para enfrascarse en una contienda ajena a la normatividad de nuestra Constitución Política Federal, leyes civiles y enales vigentes en todo el país.

Tal estado de cosas nos compromete presumir que estos intentos bilaterales encubren posibles y probables distintos objetivos: para el prelado religioso, tal vez con aspiraciones pontificias y acorde a su temperamento, el restablecer acciones excomulgatorias, inquisitorias y castigo a delitos contra la fe; para el ministro civil, dadas sus propensiones, promocionarse ante la opinión pública para cosechar votos que le permitan elegibilidad electoral en sus aspiraciones políticas a ya corto plazo.

Cualquiera que sean los motivos de este simbiótico sainete de proporción nacional, ellos distraen, desvían, obstaculizan contaminan el significado que, para los mexicanos bien nacidos que hemos vivido entre los siglos XX y XXI, representa en esta época rendir culto cívico a nuestros símbolos patrios, vitorear a los héroes mártires que, ofrendando su vida en los sangrientos movimientos sociales iniciados hace 200 años, hicieron posible independizarnos de la corona española y 100 del movimiento revolucionario para dar fin a una dictadura e iniciar la reconstrucción institucional de nuestra nación.

Por todo lo anterior y muchos eventos, acontecimientos, sucesos, avatares y episodios que habrán de sucederse… “líbranos del malAmén”


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Ya en algunas ocasiones uno de mis hermanos, el "Unis0l", había escrito para el blog, en sus inicios (aquí, aquí, aquí y aquí). Hoy publico y comparto un escrito reciente de mi padre que tal vez sea el primero de varios, y como decían por ahí... "viva la familia!" :D




Germán Dehesa, 1944-2010.

Hubo una época, en los principios del verano de 1989, en que diariamente solíamos regresar muy tarde a casa. Fué en ese entonces cuando supe quien era Germán Dehesa.

Serían tal vez las 11 o 12 de la noche. Para esas horas el día ya había durado demasiado y era muy tarde como para cenar, pero lo hacía; era igualmente tarde como para después de la demorada cena ver televisión, pero lo hacía también. Hay que recordar que estamos hablando de hace más de 20 años. No existían los irritantes "infomerciales" que ahora saturan las pantallas nocturnas. La "tele" tenía un principio y un fin, y encontrar algo que no fueran señales fuera del aire ya era ganancia.

Lo que encontré, sin embargo, fue "La Almohada". Era una revista cultural conducida por Dehesa que transmitía la extinta cadena IMEVISION, ahora TV Azteca, al filo de la medianoche, confirmando una vez más esa regla no escrita que dice que a televisión excelente, horarios infames.

El programa me gustó. Era ameno, divertido, e interesante. Había música, había poesía y generaba un ambiente disfrutable y relajador. Cumplía cabalmente con la responsabilidad que implicaba su nombre; predisponía al público, a base de buenas letras, buenas notas y buena conversación, al buen descanso.

Poco tiempo después comencé a leer a Germán Dehesa en "El Norte" y bueno, que puedo decir, la calidad de su trabajo, su honestidad, su inteligencia y buen humor me convirtieron en asiduo lector.

Tengo una anécdota que quiero compartir. Una amiga de la infancia, Linda, con quien fui la escuela desde la primaria hasta la preparatoria, era su fiel seguidora. Lo admiraba y disfrutaba mucho leerlo. Hace unos ocho o nueve años ella ya vivía fuera del país. Se acercaba su cumpleaños y quería regalarle algo significativo. Pocos días antes se me ocurrió algo y lo intenté. Le envié un correo electrónico a Don Germán en el que le saludé, le dije cuanto me gustaba su trabajo y, para finalizar, le pedí que le escribiera a Linda. Le expliqué lo especial que yo pensaba sería para ella el recibir unas palabras suyas, una felicitación, en aquella fecha.

No sólo me respondió, sino que también accedió a mi petición dedicándole unas cordiales líneas a ella. Aquel detalle no sólo cumplió con mi intención, también me mostró la clase de humildad, amabilidad y calidez humana que tienen, a mi juicio, los verdaderamente grandes. Un momento indudablemente fugaz para él, pero valioso e inolvidable para mí.

Tantos años y tantas letras después, apenas el 25 de Agosto pasado, en uno de esos pequeños ritos diarios que todos tenemos y que compartí con muchísimos lectores (tres, según el mismo Germán) de "La gaceta del ángel" me enteré de la terrible enfermedad que padecía Dehesa y que según sus propias palabras terminaría con su existencia pronto, "a finales de este año".

La noticia me afectó, y no sabía con certeza por que. Por supuesto tenía que ver con saber que una persona de mi agrado, muy admirada, enfrentara estas terribles circunstancias, pero había algo más.

Días después, platicando con una amiga, me dí cuenta que me inquietaba pensar que aquél hombre, un gran mexicano según mi concepto, tuviera que irse así, ahora, con nuestro amado país en medio de los terribles tiempos que vive. Me molestaba que la libertad y la democracia, que el bienestar social por el que Germán Dehesa luchó, desde su posición en la vida, estén amenazados, inconclusos, como lo están ahora. Me resultó difícil digerir que él no vería el final del esfuerzo.

El jueves pasado, 2 de septiembre a las 6:35 de la tarde, Germán Dehesa murió.

A través de su obra, su persona demostró con los años ser literalmente eso mismo que, en aquellos ahora lejanos tiempos de su programa nocturno, regalaba él a sus televidentes en forma de muñequitos para colocar debajo de la almohada: un quitapesar.

Estoy seguro que todas las personas que fueron tocadas por él, desde sus más cercanos familiares y amigos hasta el último de sus (tres) lectores lo recordaremos cariñosamente, y confío en que le hayamos aprendido lo suficiente para seguir aquí, en la tierra que él amó, continuando ese esfuerzo que es de todos y viviendo la vida. Esa vida que, como él lo dijo... es a donde nos gusta estar.

Y es desde donde siempre lo vamos a extrañar.

Descanse en paz Germán Dehesa.


Querido Germán, por Carlos Albert.
Germán Dehesa, el curandero de ciudadanos, por José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo.

Fotocartón del día.

Germán Dehesa, 1944-2010

Buenas noticias...

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Y es azul y oro Germán. Sí, ya sé... de qué otro color podría ser?