Sí, más pérdidas, pero...

Dedicado a quien he perdido; a quien ofrezco mi lucha diaria, que tal vez me permita recuperarle.



Hoy termina el año. Me ha tomado todo el 2011 decidirme a escribir esta entrada. Fue a finales del año pasado cuando pensé en el tema y tuve una idea de lo que quería decir aquí, pero no estaba listo para hacerlo. Ahora lo sé.

Fue en Febrero de 2010 cuando escribí un post que me ayudó a desahogar mis sentimientos en un momento de mi vida en el que me encontré a mi mismo de cara a las que en aquel entonces eran mis pérdidas, acumuladas durante más de 4 años de lidear con salud frágil y capacidades físicas limitadas, por decir lo menos.

Lo llamé "No más pérdidas", y fue honesto y emotivo.

Pero también fue ingenuo.

Declararme indispuesto a seguir perdiendo cosas y personas en mi vida fue algo que emergió de mi corazón, y tal vez fue un acto simbólico de rebeldía frente la tragedia que nos representa todos la vida en ocasiones. Fue una manera de querer pintar la raya y negarme a ceder un centímetro más de terreno ante la adversidad y el dolor.

Cuando terminó aquel año, hoy hace 12 meses, había perdido mucho más aún. Perdimos a mi tia Tayde, casi perdemos a mi madre, yo mismo enfrenté complicaciones graves de las que aún no me recupero totalmente. Gente importante para mí ha seguido sus vidas, sin mi en ellas. Me dí cuenta que no tenía idea cuando escribí aquello de cuán profundo se puede caer, la verdadera dimensión de lo puede perderse. 

Me dí cuenta de que cuando piensas que has tocado fondo es posible caer aún más.

Pero en 2011, desde el mismo primer día del año, ví la otra cara de la moneda: aquello que nos ofrece la vida, mientras aún estamos en ella, para ser ganado; aquello que un día perdimos y que puede ser recuperado.

Es así que he encontrado cosas nuevas y he recuperado otras. Me inscribí y estudio en el Sistema de Educación Superior Abierto y a Distancia, inicié un modesto proyecto de negocios en internet con uno de mis hermanos, que de alguna manera ha contribuido a cubrir necesidades familiares en estos tiempos difíciles, he conocido personas valiosas con las que comparto la vida diaria y que me ayudan a seguir adelante. He vuelto a ver a mi mejor amigo con regularidad, me he acercado un poco más a su familia. Me he propuesto, y quiero creer que ha sido un esfuerzo fructífero, proporcionar a mi madre la mejor calidad de vida posible; convertirme en el mejor apoyo emocional para ella que puedo ser durante su larga convalescencia. 

Tener pérdidas es inexorable. Después de todo la gran pérdida final que ineludiblemente sufriremos será la de la vida misma. No puedo permitir que mi vida, la que me queda, sea definida por lo que he perdido. Hacer eso es seguir el camino de la derrota, que sólo puede llevar a la infelicidad. 

No deseo seguir ese camino.

Así es este mundo. Todos estamos destinados a perder lo que tenemos. Para aquellos que hemos sido bendecidos por haber recibido a manos llenas, cuando llega este momento, es particularmente difícil. Pero igualmente todos estamos preparados para ganar y para recuperar.

Sé que yo lo estoy, lo he hecho, lo estoy haciendo. 

Y seguiré haciéndolo mientras tenga vida.