Y nunca pude saber cuando niño
a dónde llevaba esa ventana,
sólo me dijeron que no me acercara.
Casi tuve una accidente a los 6 años
cuando encontré la llave en el ático.
Y ahora el aroma de estos marcos de madera
es el único sentido que me queda.
Así que mientras me sacan de la cama
díganme que me veo maravilloso y cadavérico.
Y ya que eres mi amigo
te pediré que me bajes lentamente,
y dile al hombre vestido de negro
que no necesita afligir su alma buena
con esas conjugaciones en latín.
Y si les da igual a ellos
deberías decirle a tus amigos reunidos
que por favor no tengan un gesto sombrío
en éste domingo tan adorable.
No me arreglen la sonrisa, la vida es lo suficientemente larga.
Pondremos esta carne en la tierra otra vez.
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