Hubo una época, en los principios del verano de 1989, en que diariamente solíamos regresar muy tarde a casa. Fué en ese entonces cuando supe quien era Germán Dehesa.
Serían tal vez las 11 o 12 de la noche. Para esas horas el día ya había durado demasiado y era muy tarde como para cenar, pero lo hacía; era igualmente tarde como para después de la demorada cena ver televisión, pero lo hacía también. Hay que recordar que estamos hablando de hace más de 20 años. No existían los irritantes "infomerciales" que ahora saturan las pantallas nocturnas. La "tele" tenía un principio y un fin, y encontrar algo que no fueran señales fuera del aire ya era ganancia.
Lo que encontré, sin embargo, fue "La Almohada". Era una revista cultural conducida por Dehesa que transmitía la extinta cadena IMEVISION, ahora TV Azteca, al filo de la medianoche, confirmando una vez más esa regla no escrita que dice que a televisión excelente, horarios infames.
El programa me gustó. Era ameno, divertido, e interesante. Había música, había poesía y generaba un ambiente disfrutable y relajador. Cumplía cabalmente con la responsabilidad que implicaba su nombre; predisponía al público, a base de buenas letras, buenas notas y buena conversación, al buen descanso.
Poco tiempo después comencé a leer a Germán Dehesa en "El Norte" y bueno, que puedo decir, la calidad de su trabajo, su honestidad, su inteligencia y buen humor me convirtieron en asiduo lector.
Tengo una anécdota que quiero compartir. Una amiga de la infancia, Linda, con quien fui la escuela desde la primaria hasta la preparatoria, era su fiel seguidora. Lo admiraba y disfrutaba mucho leerlo. Hace unos ocho o nueve años ella ya vivía fuera del país. Se acercaba su cumpleaños y quería regalarle algo significativo. Pocos días antes se me ocurrió algo y lo intenté. Le envié un correo electrónico a Don Germán en el que le saludé, le dije cuanto me gustaba su trabajo y, para finalizar, le pedí que le escribiera a Linda. Le expliqué lo especial que yo pensaba sería para ella el recibir unas palabras suyas, una felicitación, en aquella fecha.
No sólo me respondió, sino que también accedió a mi petición dedicándole unas cordiales líneas a ella. Aquel detalle no sólo cumplió con mi intención, también me mostró la clase de humildad, amabilidad y calidez humana que tienen, a mi juicio, los verdaderamente grandes. Un momento indudablemente fugaz para él, pero valioso e inolvidable para mí.
Tantos años y tantas letras después, apenas el 25 de Agosto pasado, en uno de esos pequeños ritos diarios que todos tenemos y que compartí con muchísimos lectores (tres, según el mismo Germán) de "La gaceta del ángel" me enteré de la terrible enfermedad que padecía Dehesa y que según sus propias palabras terminaría con su existencia pronto, "a finales de este año".
La noticia me afectó, y no sabía con certeza por que. Por supuesto tenía que ver con saber que una persona de mi agrado, muy admirada, enfrentara estas terribles circunstancias, pero había algo más.
Días después, platicando con una amiga, me dí cuenta que me inquietaba pensar que aquél hombre, un gran mexicano según mi concepto, tuviera que irse así, ahora, con nuestro amado país en medio de los terribles tiempos que vive. Me molestaba que la libertad y la democracia, que el bienestar social por el que Germán Dehesa luchó, desde su posición en la vida, estén amenazados, inconclusos, como lo están ahora. Me resultó difícil digerir que él no vería el final del esfuerzo.
El jueves pasado, 2 de septiembre a las 6:35 de la tarde, Germán Dehesa murió.
A través de su obra, su persona demostró con los años ser literalmente eso mismo que, en aquellos ahora lejanos tiempos de su programa nocturno, regalaba él a sus televidentes en forma de muñequitos para colocar debajo de la almohada: un quitapesar.
Estoy seguro que todas las personas que fueron tocadas por él, desde sus más cercanos familiares y amigos hasta el último de sus (tres) lectores lo recordaremos cariñosamente, y confío en que le hayamos aprendido lo suficiente para seguir aquí, en la tierra que él amó, continuando ese esfuerzo que es de todos y viviendo la vida. Esa vida que, como él lo dijo... es a donde nos gusta estar.
Y es desde donde siempre lo vamos a extrañar.
Descanse en paz Germán Dehesa.
Querido Germán, por Carlos Albert.
Germán Dehesa, el curandero de ciudadanos, por José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo.
Por qué duele perder a Germán Dehesa? por Susana Moscatel
6 lectores opinan...:
Hola:
En estos días he estado leyendo de varias personas anécdotas como la tuya, anécdotas que vienen a reforzar la imagen que siempre he tendido de Germán Dehesa.
Su partida, es sin lugar a dudas, una gran pérdida para este país tan necesitado de gente como él.
Saludos.
Murió Germán Dehesa y siento como si hubiera perdido a un integrante de mi familia. Y es que sin querer lo era. Él, Catón, Monsiváis, Guadalupe Loaeza... fueron los primeros columnistas que leí y quienes despertaron mi interés en la política, en los libros y en todas ésas cosas que te hacen pensar y abrir tu mente para ver más allá de tus narices o mínimo intentarlo.
No puedo dejar de sentir una triste nostalgia al recordar la cantidad de veces que, siendo una niña de 7 u 8 años, mi papá me pasó el periódico después de leerlo él para un rato más tarde estar los dos platicando sobre alguno de los temas de los columnistas.
Recuerdo muy bien la crónica del viaje de Germán al Polo Sur con El Bucles Bin Laden y la Hillary. Recuerdo que a una de sus ex-esposas le llamaba la Tatcher. Recuerdo que a la mamá del Bucles también le llamaba "mi último fracaso". Recuerdo que se reía de sí mismo tanto que me contagió y así aprendí a no tomarme tan en serio.
Podría escribir páginas y páginas para tratar de explicar porqué es que siento dolor si ni siquiera lo "conocí", pero no alcanzaría el espacio y al final mi único propósito es decir: Gracias Germán por haber sido uno de mis maestros de vida.
Cuando un amigo se va... hay que dejarlo ir. Snif.
Hola JOE
El dia que me entere por radio de que habia muerto el Sr Dehesa, dije sopas! como asi? sin ser un lector o seguidor del Sr Dehesa, las ocasiones que me toco esucharlo dije que buena onda del Sr Dehesa, y no se porque pense que le escribirias algo. Pero con las cosas del nacimiento de mi nena, pues nada mas no anduve por aqui en el blog.
hola Savi. no hay por que anteponerle un "pero". el nacimiento de tu bebé es una gran noticia. es cierto que es una pena que se vaya gente valiosa, buena... pero mira, llegan los nuevos, que no?
saludos.
Hola Joe
Cierto, no hay que usar el PERO, pero aahh jajaj no te creas
Es que a veces lo usamos por costumbre.
Y si se va gente buena y llegan otros y mi nena es mas que buena e importante para nosotros, ya viste a mi nena?... ahi esta en el blgo de los acros
http://acro-savilog.blogspot.com/2010/09/eunice-aridahi.html
Aqui esta blanquita aun, con los baños de sol que hay que darle, a ver que color toma :D
Saludos.
si, ya había visto a tu nena, en las fotos que pusiste en twitter. que te puedo decir, está hermosa. herencia de su madre, indudablemente ehh? :D
esa es una muy buena foto.
cuéntanos más de ella pronto, sale?
saludos.
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