- Un RT en Twitter me llevó a leer la carta de una madre a su hijo, apartado infamemente de su lado años atrás. Me conmovió porque sé que su caso es uno que se ha repetido constantemente en nuestro país, y lo sigue haciendo. Quién de nosotros no conoce una historia similar, o varias? El siguiente párrafo es uno tan breve como contundente e indignante:
¿Y las leyes? No es delito arrebatarle a su hijo a una madre, si esto lo hace el padre. Y hay muchas formas de aplazar un juicio para empantanarlo por años, justo como lo han hecho conmigo.
Pueden leer la carta completa en este enlace. Eso sí, les sugiero no leer los comentarios, porque sólo prueban lo miserables e insensibles que pueden ser algunos. - Que poca, que poquísima madre de la Femexfut de poner en las pantallas su producto favorito, netamente para machos, la Selección Mexicana de Fútbol en la noche del 10 de Mayo. Imagino que en miles de hogares del país tras el regreso a casa después de llevar a sus "jefecitas" a festejar, otros tantos miles de "hijitos" las tienen ya a esta hora haciendo las botanas y sacándoles las chelas del refri para ver el partido a gusto y "prolongar el convivio".
- Hace veinte años, en clase de F.I.H., el Padre Fritz nos enseñaba sobre el acto cognoscitivo en la interacción del individuo con su realidad, y en un momento dado soltó una frase que recuerdo aún hoy en día: "No se puede amar lo que no se conoce". Yo, irreflexivamente impetuoso, siempre cuestionante, y con una lengua imprudentemente ágil, pregunté en voz alta: "Y las madres que aman a sus hijos aún no nacidos? No les conocen y sin embargo les aman, o no?". Mi planteamiento, hecho con ganas de buscar confrontación, mas que nada, lo había basado en mi conjetura de que "una madre no conoce a su hijo hasta que no le ha visto, lo ha tocado, le ha cargado en brazos, lo ha olido". "Maestro Iosef" me dijo Fritz con una sutil sonrisa que se asomaba entre sus barbas "una madre no necesita de eso para amar a su hijo. Lo conoce desde el momento en que sabe que existe, y que su vida crece dentro de ella. Así es el amor de madre. Todo lo que necesita es saber que su hijo o hija, fruto de sus entrañas, está ahi, y así será toda la vida". Fritz se dio media vuelta y me parece recordar que antes de continuar su cátedra me dedico una mirada de reojo, por encima del hombro, en la que se podía leer que me acababa de dar una lección. Yo, callado, volví a sentarme y por unos minutos no puse atención a nada más, trataba de asimilar lo que recién había sucedido. Veinte años después no creo poder elegir mejor día para compartir esta pequeña experiencia que éste 10 de Mayo. La lección fue aprendida, Padre.
- Quiero dedicar un par de líneas finales a dos personas muy estimadas por mí, y emparentadas entre sí -tía y sobrina-, con quienes en un momento compartí espacios y diversión en diferentes foros. No necesitan que yo se los recuerde, pero quisiera que sepan que es algo que no paso por alto. En éste Día de las Madres les envío un abrazo especial... porque sí.
- Felicidades a todas nuestras madres.
Reflexiones Maternales.
Publicadas por
iosephus
on lunes, mayo 10, 2010
Etiquetas:
Celebraciones,
Reflexiones Dominicales
1 lectores opinan...:
Hola RB,
Saludando un dia despues de lo que has escrito pero aqui andamos.
Gracias por compartirlo.
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