Agosto... y el día que sigue.

Este no es un blog joven. Siete años para un blog es una longevidad para este tipo de "entidad literaria" que seguramente es mas bien la excepción y no la norma.

¿Por qué lo hago? A veces estoy más seguro de mis motivos, a veces no lo sé. Hoy sólo sé que se sigue sintiendo bien, en un nivel interno que me cuesta describir. Mientras así sea continuaré dejando letras, ideas e impulsos aquí.

En estos años un tipo de post recurrente ha sido el "Agosto y todo lo que sigue", que es tan viejo como el mismo blog. Comenzó en 2005, aquí. El año pasado, después de un mes interesante y que concluyó lleno de motivación y esperanza, yo me sentía ansioso, emocionado, por lo que el futuro inmediato traería.

No tenía idea.

Un año después aquí estoy, en medio de circunstancias; algunas han cambiado mucho y eso ha sido muy difícil de vivir, otras no han cambiado nada y también ha sido terriblemente difícil vivirlo.

Así que aquí y ahora, a minutos de que termine Agosto, no puedo ver al futuro de la misma manera que lo hacía hace un año. No encuentro en mí la forma en sentirme optimista, emocionado, por lo que seguirá. No sé si eso sea bueno o malo. Sólo atino a repetirme que ante lo duros que han sido tanto los cambios como los no cambios, lo único que estoy cierto quiero seguir teniendo es oportunidad.

Terminó otra vez Agosto.

Vivamos el día que sigue.

15...

Releyendo 13 y 14 siento que cada vez tengo menos palabras que decir, no sólo a tí sino a todos, de todo. No lo sé. Lo que se que no cambia, por el contrario crece, es mi deseo de ser alguien importante en tu vida y contribuir, como sea, a tu alegría y tu felicidad.

Estoy y estaré siempre orgulloso de tí. De la niña que te ví ser y de la mujer en la que te vas a convertir.

Felicidades hermanita.