Vestir de blanco. Encender veladoras. Clamar por la renuncia de las autoridades por su incapacidad. Subir videos a Youtube. Así son las protestas de la clase media en México. Ingeniosas, pacificas, hasta lindas… pero sin consecuencias.
No es igual defenderse de los atropellos del sistema cuando uno sabe que todavía tiene muchas cosas que perder, que cuando no se tiene casi nada pero aún así no se está dispuesto a perderlo . Los que toman las calles, los que levantan los machetes, los que entran al H. Congreso de la Unión montados en caballos son los que impiden que el gobierno construya un nuevo aeropuerto y lo hacen quedar en ridículo, por poner sólo un ejemplo . Esto no es una crítica a la gente humilde y desposeída que toma parte de este tipo de actos. Ya sea por su libre voluntad o siendo sujetos de manipulación, lo que ponen esos hombres y mujeres en la línea es, en última instancia, la integridad física. la vida. Tampoco es, en forma alguna, una sugerencia de que el camino de la protesta efectiva es el de la violencia, el de la confrontación. El punto es que hay de mensajes a mensajes, y nuestros gobernantes reciben claramente algunos, y otros no.
Los actos simbólicos nada significan para una partidocracia cínica y hambrienta de poder. Para ser receptivos a estos símbolos necesitarían mostrar una sensibilidad y voluntad que a todas luces no poseen.
Un voto de protesta, también conocido como voto en blanco, es un voto hecho en una elección para demostrar la insatisfacción del votante con las opciones de candidatos o su rechazo al sistema político actual.
El voto en blanco o la anulación del voto por sí misma no es la noticia. Lo notable en estas últimas semanas es que quienes lo proponen como una alternativa ante el hartazgo producido en muchos ciudadanos por las condiciones del sistema político que nos rige han conseguido un buen nivel de organización, coordinación y difusión, con el apoyo público de buena parte del círculo rojo, a pesar de los tiempos de censura y amordazamiento que el IFE ha impuesto sobre nosotros.
Resulta cuando menos curioso que los partidos políticos mayores, que no pueden ponerse de acuerdo para maldita la cosa en un día cualquiera de sesiones en el Congreso, si hayan jalado parejo al salir y, mediante diferentes voceros en días pasados, decirle fuerte y claro a la ciudadanía que el voto blanco era “un riesgo”, “asesinar a la democracia”, “antipatriota”, etc, algo muy malo pues… y que no se debe hacer. La reacción del votante promedio es anticipable: “Que vayan y chinguen a su madre, yo anulo mi voto!”
Dos palabras: Psicología Inversa
Vamos a necesitar convicción, vocación democrática, agudeza mental e inteligencia,. No para candidatear a “Esperanza Marchita”, al perro “Fidel”, a Juan Charrasqueado o a Mickey Mouse, para hacer eso sólo se ocupa poco ingenio, menos seriedad y mucha ingenuidad, sino para encontrar los medios, las formas, los canales para hacer escuchar nuestra voz cada vez más fuerte y dar pasos hacia adelante: una nueva reforma electoral que revierta las injusticias del actual COFIPE, que permita las candidaturas independientes bajo los mecanismos de control necesarios, que nos entregue la herramienta del plebiscito y del referéndum y que reduzca notablemente el financiamiento a los partidos, por nombrar algunas.
Por lo pronto la verdad desnuda, incontrovertible, es que el voto en blanco, en términos prácticos, solo beneficiará a los grandes partidos políticos, a razón de dar mas fuerza aun a su voto duro (cuyos tradicionales enemigos son el votante indeciso y el apartidista). Ayudar a mantener el estatus quo contra el que se pretende protestar, como efecto directo de la protesta, no es una ironía… es una estupidez.
Lo que sí es irónico, mas aún trágico, es que muchos de los que aquel 2 de julio del 2000 votaron para derrocar al PRI y sus 71 años de hegemonía, los defensores del voto útil, ahora están dispuestos a convertir su privilegio en voto inútil, a causa de la desilusión y el hastío que les genera nuestra clase de democracia.
Llórenme un río.
Hoy, con su voto en blanco van muy probablemente a darle a este partido mas poder del que ha tenido en casi una década, y tal vez saquen de escena a dos o tres partidos menores, haciendo las rebanadas del pastel más grandes para PRI, PAN y PRD, por no saber actuar con la madurez cívica que demandan los tiempos, optando en cambio por hacer un berrinche disfrazado de protesta simbólica cuyo único triunfo probable, pero igual o más simbólico, será tal vez restarle un poco de legitimidad al proceso…
Lo que seguramente poco importa a una clase política que es corrupta hasta el tuétano.
NO AL VOTO EN BLANCO!