El Día del Niño se comenzó a celebrar en diferentes países del mundo desde la década de los 50's como consecuencia de una resolución aprobada por el Consejo General de Naciones Unidas para establecer un "Día Universal del Niño". La sociedad de la posguerra no podía más negar las tremendas y frecuentes injusticias de las que se hacía víctima a la infancia alrededor del mundo.
A pesar de todo el tiempo que ha pasado desde entonces no hay una lista única de derechos de los niños aunque si se han establecido numerosos consensos y coincidencias entre las visiones de diferentes organismos especializados.
Una de esas visiones categoriza los derechos de los niños (ver Wikipedia) en aquellos de:
- Provisión. Derecho a un adecuado estándar de vida, a servicios de salud, a la educación, a servicios públicos y a jugar. Incluyen una dieta balanceada, un hogar y acceso a una escuela.
- Protección. Derecho a ser protegidos de abuso, la negligencia, la explotación y la discriminación. Esto incluye el derecho a lugares seguros para jugar y al reconocimiento de las capacidades evolutivas de los niños.
- Participación. Derecho a participar en comunidades y tener programas y servicios para sí mismos. Esto incluye la participación de los niños en programas de bibliotecas y comunitarios, en actividades juveniles, e involucrar a los niños en la toma de decisiones.
La situación actual en nuestro país, sin embargo, parece atentar contra todos y cada uno de ellos. Nuestros niños, en términos generales, padecen violencia, mala nutrición, obesidad, negligencia, son blanco de explotadores, abusadores sexuales, traficantes de órganos, y hoy, más que nunca, son víctimas frecuentes de la lucha contra el narcotráfico.
Es doloroso, por decir lo menos, aunque sea necesario, ver que en las escuelas los pequeños tengan que aprender que hacer durante una balacera para proteger sus vidas. A nuestra generación solían decirle, en nuestros días de infancia, que era el futuro de México. El tiempo nos alcanzó y el país que consciente o inconscientemente hemos construido es éste precisamente en el que nuestros niños están más amenazados que nunca.
No soy padre de familia, probablemente nunca lo seré. Pero en la noche de éste día, en que espero que todos ellos hayan pasado ratos felices y memorables con quienes mas los pueden amar en el mundo, duermen en sus camas pequeñitos y pequeñitas que por ser hijos e hijas de quienes lo son representan mucho para mí. Necesito contribuir de alguna manera a corregir, junto contigo, éste mundo que les vamos a dejar.
Es verdad. Ellos no son el futuro, son el presente, uno del que tenemos que hacernos cargo ahora para poder tener la esperanza del porvenir.
Sin nosotros, para ellos no habrá tal futuro. Sin ellos... para que diablos queremos uno?
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1 lectores opinan...:
Hola RB
Que padre lo que escribiste.
Saludos y quien dice que no andara por ahi rondando pinolin?
Buen dia.
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