No sepa lo que hace tu mano izquierda.


Capítulo II

Artículo 4, Sección 2 Inciso e.

Todo miembro del Partido está obligado a abstenerse de apoyar a personas, poderes públicos o agrupamientos contrarios a los objetivos y línea política del partido.

Capítulo VIII. De los estímulos y sanciones.

Articulo 20, Procedimientos y Sanciones.

Sección 6 Inciso e.
La cancelación de la membresía procederá cuando se compruebe la coalicion con cualquier interés gubernamental o de otros partidos politicos con independencia de los órganos de dirección del Partido, antagonizando el objeto del Partido.

Sección 7, Inciso b

Se harán acreedores a las sanciones establecidas en el presente estatuto, según la gravedad de la falta, a quienes ocasionen daño grave a la unidad e imagen del Partido con denuncias públicas sobre actos del Partido, de sus dirigentes y-o resoluciones de sus órganos de dirección, difamando y faltando al elemental respeto y solidaridad entre miembros del Partido.


En el otro extremo ideológico del espectro partidista se encuentra el Partido de la Revolución Democrática, de frente a la mayor tragedia electoral que ha enfrentado en mucho tiempo. Después de alcanzar 35% de la votación en las elecciones presidenciales de 2006, el PRD sale del proceso federal del 5 de Julio pasado con un paupérrimo 12% de los votos, habiendo perdido 55 diputados (el 44% de su fuerza en la Cámara con respecto a la LX Legislatura), todas las gubernaturas que disputó, y posiciones otrora netamente perredistas en el Estado de México.

La derrota perredista mas sonada, sin embargo, se dio en el mismo Distrito Federal, en la delegación de Iztapalapa, a manos de Andrés Manuel López Obrador. Después de la polémica y aparentemente injustificada anulación de la candidatura para delegada de Carla Brugada por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, López Obrador convocó al voto por el candidato del PT, el ahora célebre "Juanito", con la promesa de que una vez en posesión del cargo éste declinaría en favor de Brugada. "Juanito" gano Iztapalapa y el Obradorismo se apuntó una victoria contra la dirigencia "Chuchista" del PRD. Esta derrota sin embargo, pese a haber acaparado los reflectores, no fue la mas importante. Con o sin Iztapalapa el colapso amarillo mas relevante se dio fuera de la capital. El Obradorismo en prácticamente todo el pais dió la espalda a los candidatos del PRD a diputaciones federales para apoyar a los del PT y Convergencia, el llamado Frente Progresista, porque, según palabras del propio AMLO, "así conviene ahorita".

El resultado fue una votación para PT y Convergencia que sumó 6% de la votación nacional y la conservación del registro.

Tan pronto se confirmaron los resultados se dejaron escuchar las voces de uno y otro lado de la fractura que clamaban por la renuncia de unos y la expulsión de otros. Entre gritos y sombrerazos salio a escena Cuauhtémoc Cárdenas para demandar que todos sufrieran las consecuencias de su ineptitud o su desobediencia de las reglas del Partido. Con esto Cuauhtémoc consiguió lo que solo él podía hacer: unificó al PRD... en su contra.

Cárdenas pidió en su carta, entre otras cosas, que se aplicaran las sanciones correspondientes por violaciones a los estatutos del Partido (la desafiliación) a aquellos miembros que hubieran sido candidatos por otros partidos, o apoyado a otros partidos, como textualmente dice el reglamento interno del PRD.

Le dijeron de todo... los que no lo ignoraron. Desde rechazos a su "invitación", hasta que en el partido ya no cabían "líderes morales" y otros de plano de senil no lo bajaron.


Lo que ninguno le dijo fue "hipócrita".

Hace diez años fue el mismo Cuauhtemoc Cárdenas quien violó estos estatutos al aceptar, antes de la definición oficial de la candidatura del PRD a la Presidencia de la República para el 2000, el mismo nombramiento por parte del Partido del Trabajo, con el que el Partido de la Revolución Democrática no tenía alianza formal alguna.

En aquél entonces fue la voz de Porfirio Muñoz Ledo el que acusó y demandó la sanción correspondiente para Cárdenas.

"Está violando el artículo 92 de los estatutos, y está buscando una coalición al margen de la dirección. Eso es motivo para que se le retire su afiliación", aseveró Muñoz Ledo en entrevista concedida a Reforma el 27 de Mayo de 2009.

Nadie le hizo caso. Dirigentes y legisladores del PRD desestimaron la factibilidad de una sanción argumentando que la precandidatura del michoacano no había sido registrada ante el IFE, es decir, escondieron la evidente falta a sus propias reglas detrás de un pinche tecnicismo.

Nueve años después otro notable perredista (porque hasta el día de hoy aún lo es, aunque sea de nombre), López Obrador, ha hecho esencialmente lo mismo, se ha pasado los estatutos del Partido por el arco del triunfo a la vista de todos. De esto, por cierto, Muñoz Ledo no dice ni pío. Por que? Pues por varios motivos: porque ya no es perredista, porque sus intereses personales no se ven afectados, y porque resulta ahora ser el coordinador del Frente Amplio Progresista que candidateará a AMLO en el 2012 a la Presidencia de nueva cuenta, y a Porfirio al Senado, también de nueva cuenta y si no, tiempo al tiempo.


Lo grave aquí, por supuesto, no es que Muñoz Ledo no diga nada. Está en su papel, cómo lo estuvo en el 2000 cuando como candidato presidencial del PARM declino a favor de Vicente Fox, lo que le gano un lugar en el templete de los ganadores aquella noche del 2 de Julio, y trabajo diplomático durante seis años. Lo grave es que los que si se quejan del daño que le ocasionó al Partido las acciones de López Obrador sólo hacen eso. Declaran, se indignan, se reunen, pero no hacen, ni harán maldita la cosa para expulsar a AMLO del PRD. Por que? Por la misma razón que todos los demás han actuado de una manera en un momento y de otra en una situación similar en otro tiempo: porque así les conviene.

Ese es el PRD poco más de 20 años después de su creación. Un partido que no tiene la calidad moral para señalar a ninguno de los otros de corrupto o incongruente. Un partido que en esta nueva oportunidad para hacer cumplir sus reglas o dejarlo pasar y someter su dignidad institucional (la que debería tener) al personaje en turno va a hacer lo segundo por conveniencia.

Un día critiqué a López Obrador por, desde mi punto de vista, mostrar actitudes y tomar decisiones que privilegiaban su sentido de justicia sobre la legalidad. Este PRD ha caído mas bajo aún, pues está claro que permitirá que los actos de AMLO contra él queden impunes, por ninguna otra razón que porque así le conviene.

1 lectores opinan...:

SaviloG dijo...

Es algo enredado y como bien lo recalcas, porque asi les conviene ahora lo que haga el partido o no, no tendria trascendencia si la gente que vota no ve que simplemente ellos no cuentan porque sera lo que ellos decidan en su momento.
Pero lo que siempre me he preguntado, porque chinches siguen a obrador?